miércoles, 7 de marzo de 2018

Puntos para recordar

  • La intolerancia a la lactosa significa que usted tiene problemas para digerir la lactosa.
  • Si usted tiene intolerancia a la lactosa, podría sentir malestar después de comer o beber leche y productos lácteos.
  • Muchas personas con intolerancia a la lactosa pueden tolerar pequeñas cantidades de leche— 4  ó menos—a la vez, especialmente a la hora de comer.
  • Es posible que usted pueda añadir gradualmente pequeñas cantidades de leche y productos lácteos a su dieta.
  • Usted puede usar productos de venta libre que pueden ayudar a digerir la leche y los productos lácteos.
  • Si usted es intolerante a la lactosa, asegúrese de recibir suficiente calcio todos los días. Hable con su médico sobre cómo obtener suficiente calcio en su dieta. Pregúntele si debe tomar un suplemento de calcio.

¿Cuáles son los síntomas de la intolerancia a la lactosa?

Si usted tiene intolerancia a la lactosa, podría sentir malestar después de comer o beber leche y productos lácteos.
También podría tener
  • cólico o dolor abdominal, la zona entre el pecho y las caderas
  • hinchazón o distensión en el abdomen
  • gases
  • diarrea
  • náuseas
Ciertas afecciones pueden causar los mismos síntomas. Si usted presenta estos síntomas después de haber comido o bebido leche
o productos lácteos, consulte a su médico.
Entonces, ¿cómo se explica que unos humanos sí podemos y otros no tomar leche siendo adultos? La respuesta la tenemos en estudios genéticos que analizando y comparando el genoma de grupos humanos de todo el mundo nos explican de dónde venimos y qué partes tenemos en común y qué otras no.

En origen, todos los humanos no éramos tolerantes a la lactosa pero hace 400 generaciones (unos 10.000 años) apareció una mutación en un gen dominante que permitía la generación de lactasa y que tuvo lugar en Europa del Norte y Central.
Como conclusión, en las culturas donde el consumo de leche y derivados ha sido habitual durante años la probabilidad de padecer intolerancia a la lactosa es menor que en aquellos donde tradicionalmente nunca se consumió leche. Esto nos sugiere que cambios culturales como el invento de la ganadería pueden propiciar cambios genéticos y que estos cambios genéticos (tolerancia a la lactosa) también han cambiado costumbres tales como la gastronomía de cada lugar del mundo.

lunes, 5 de marzo de 2018


¿Qué es la lactosa, con "o"?

La lactosa es un azúcar presente en la leche de los mamíferos, y en muchos alimentos preparados a partir de la leche: natas, cremas, postres, helados…También algunos platos preparados, así como ciertos medicamentos, pueden contener lactosa.  Es curioso que en esta era de las nuevas tecnologías en la que se dispone de elementos de domótica, robot de cocina, robot aspirador, smartphone, tablet, portátil, que proporcionan ciertas comodidades y con los que se tiene acceso a gran cantidad de información, se pasa por alto y se desconoce  que  cada vez existen más productos alimenticios específicos y adecuados para ciertos tipos de afecciones o alergias.

¿Qué es la lactasa, con "a"?

La lactasa es una enzima producida por el intestino delgado que desdobla la lactosa en sus dos componentes básicos (glucosa y galactosa) para que estos puedan ser absorbidos por nuestro organismo. Si los niveles de lactasa son bajos o ésta no realiza bien su labor, se manifiestan los síntomas de la denominada intolerancia a la lactasa

¿Qué es la "intolerancia a la lactosa"?

Ser intolerante a la lactosa significa no tener suficiente enzima (lactasa) en el intestino delgado para descomponer toda la lactosa consumida. La lactosa no descompuesta pasará al intestino grueso, provocando molestias digestivas. 

INTOLERANCIA A LA LACTOSA EN EL MUNDO



La intolerancia a la lactosa está presente en más del 60% de la población mundial aunque es más común en algunos lugares o en personas de raza específica. Sin embargo, aunque con el cruce de civilizaciones esta diferencia ha empezado a difuminarse, todavía se mantiene la predominancia en personas de origen asiático, africano e indígena americano.En España la padece entre un 20 y un 40% de la población, según fuentes de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD). En países del norte de Europa como Noruega, Bélgica y Holanda el porcentaje de ciudadanos con intolerancia a la lactosa no supera el 5% mientras que en Rusia o Turquía el porcentaje asciende al 70%. Y donde encontramos los niveles más altos de intolerancia a la lactosa es en algunos países de África que alcanzan el 80% de la población y en Asia donde más del 95% es intolerante.

Entonces, ¿cómo se explica que unos humanos sí podemos y otros no tomar leche siendo adultos? La respuesta la tenemos en estudios genéticos que analizando y comparando el genoma de grupos humanos de todo el mundo nos explican de dónde venimos y qué partes tenemos en común y qué otras no.

En origen, todos los humanos no éramos tolerantes a la lactosa pero hace 400 generaciones (unos 10.000 años) apareció una mutación en un gen dominante que permitía la generación de lactasa y que tuvo lugar en Europa del Norte y Central.

Las hipótesis más comunes son en relación a la ganadería. Y es que en épocas de escasez de alimento las personas de los pueblos que criaban ganado tomarían leche a falta de otros víveres. La mutación, en cambio, es muy rara en comunidades que no tuvieron tradición de pastoreo como es China, África subsahariana, Japón, Asia central o comunidades aborígenes de Australia o América. En estas zonas el ganado productor de leche era prácticamente desconocido.

También hay diferencia entre los países del norte de Europa y los del sur del continente. Mientras que en Noruega la tasa de adultos que toman leche llega casi al 95%, en Italia ronda el 49%. Para entenderlo tenemos que verlo desde un punto de vista evolutivo. Nuestros antepasados llegaron a esas tierras frías donde era muy difícil cultivar la tierra debido al clima y la única alternativa para vivir era comer aquello que les daban sus animales, como por ejemplo la leche. Sin embargo, las poblaciones del sur y este de Europa con mejor clima podían vivir de aquello que les daba la tierra.

Como conclusión, en las culturas donde el consumo de leche y derivados ha sido habitual durante años la probabilidad de padecer intolerancia a la lactosa es menor que en aquellos donde tradicionalmente nunca se consumió leche. Esto nos sugiere que cambios culturales como el invento de la ganadería pueden propiciar cambios genéticos y que estos cambios genéticos (tolerancia a la lactosa) también han cambiado costumbres tales como la gastronomía de cada lugar del mundo.

Puntos para recordar La intolerancia a la lactosa significa que usted tiene problemas para digerir la lactosa. Si usted tiene intoleranc...